¿Cuál es la diferencia entre energía limpia y energía renovable?

Conceptos como “energía limpia”, “energía verde” y “energía renovable” son usados ampliamente como alternativas para enfrentar algunos de los retos ecológicos más importantes en la actualidad; sin embargo, es necesario conocer cada uno de ellos a profundidad para entender cómo pueden ayudarnos a contrarrestar los efectos del cambio climático. Por ello, en este artículo, te hablaremos sobre la diferencia entre energía limpia y energía renovable, así como por qué en ocasiones son confundidas.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, los combustibles fósiles comprenden el 80% de la demanda actual de energía primaria a nivel mundial; además, el sistema energético es la fuente de aproximadamente dos tercios de las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2). Por ello, el mundo debe optar por alternativas energéticas sostenibles y disminuir la producción de combustibles fósiles en un 6% para evitar efectos catastróficos del calentamiento global.   

 

¿Cuál es la diferencia entre energía limpia y energía renovable?

 

Pese a que en muchas ocasiones son usados como sinónimos, las energías limpias y energías renovables no son lo mismo. Por ello, es necesario que estemos bien informados sobre a qué se refiere cada uno de estos tipos de energía, pues así podremos saber con exactitud cómo pueden ayudar a combatir el cambio climático.

 

Energía hidroeléctrica

 

  • Energía limpia 

Como su nombre indica, las energías limpias son aquellas que no realizan emisiones contaminantes a la atmósfera; es decir, que su obtención y uso no representa un riesgo a la ecología del planeta. En esta categoría también se incluyen aquellas que aunque sí realizan emisiones de gases de efecto invernadero, son pocas y no tendrán un impacto significativo, pues no alteran las condiciones del clima o contaminan su entorno.

 

De acuerdo con la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) la producción de electricidad fue, en 2019, el segundo mayor sector industrial responsable de la emisión de gases contaminantes en dicho país. 

 

En este sentido, las emisiones de efecto invernadero provenientes de los sectores industriales se pueden clasificar en dos grandes grupos: 

 

  • Emisiones directas:

    Son producidas directamente en las instalaciones industriales al quemar combustibles fósiles para obtener energía y a través de reacciones químicas durante la producción de químicos, acero, metal y cemento. 

  • Emisiones indirectas:

    Estas se obtienen cuando se utiliza combustible fósil para dar energía a una planta eléctrica ajena a una empresa que, a su vez, la utilizará para alimentar instalaciones y maquinaria industrial.

 

 

Diagrama de emisiones del efecto invernadero

 

 

Así, las energías limpias no incurren en ninguno de estos tipos de contaminación, pues tanto su obtención como su uso tienen un impacto nulo en el ambiente. 

 

Aunque los combustibles fósiles siguen siendo los más usados en el planeta, las alternativas limpias ya están ganando terreno. Estas son algunas de las energías limpias mayormente empleadas:

 

  • Energía solar:

    Aprovecha la radiación electromagnética del sol a través de su captación por medio de celdas y paneles.

  • Energía eólica:

    Ésta es producida cuando el viento mueve las aspas de un molino especialmente diseñado, generando así energía cinética.

  • Energía hidráulica:

    Se obtiene al aprovechar la energía cinética que resulta de la corriente del agua y las mareas a través de molinos o presas. 

  • Energía mareomotriz:

    Es el resultado de la utilización del agua, pero en este caso, se obtiene energía eléctrica al valerse de las mareas y de molinos para captarla.

 

 

Energías renovables solar y eólica

 

 

  • Energía renovable 

Aunque popularmente se utilizan como términos intercambiables, las energías renovables no deben ser confundidas por las limpias. Las energías renovables provienen de recursos que son reemplazados naturalmente en un periodo relativamente corto de tiempo. Lo anterior  se opone a los combustibles fósiles, los cuáles se obtienen a partir de fuentes finitas, las cuales no pueden ser abastecidas de una forma suficientemente rápida para garantizar su consumo. De hecho, de acuerdo con investigaciones realizadas en 2015, las reservas naturales de petróleo se terminarían en 50 años aproximadamente; las de carbón, en 114 años; y las de gas natural, en 53 años.  

 

Por lo que una fuente de energía renovable puede o no impactar la ecología, mientras los recursos para obtenerla no sean finitos o su lapso para reabastecerse sea reducido, se considera renovable.

 

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Un ejemplo perfecto de lo anterior es la biomasa. De acuerdo con la SEMARNAT, ésta se trata de la materia orgánica constitutiva de los seres vivos, sus excretas y residuos no vivos. Por tanto, resulta una fuente renovable de energía, pues es difícil que llegue a agotarse y se restaura con relativa rapidez. 

 

No obstante, a pesar de que existe una notable diferencia entre energía limpia y energía renovable, estas son comúnmente confundidas.

 

¿Por qué son confundidas?

 

En primer lugar, debido al interés generalizado por temas como el cuidado del medio ambiente y las medidas que podemos tomar para contrarrestar el impacto negativo que hemos dejado sobre él, estos términos terminan entrelazados y posteriormente usados sin distinción alguna pues muchos tipos de energías limpias son, a su vez, renovables; como aquellas que ya hemos mencionado: energía eólica, solar, hidráulica, etc.

 

Pese a lo anterior existen ejemplos de fuentes renovables de energía que, sin embargo, no son limpias. Retomemos el ejemplo de la biomasa: esta puede ser empleada para producir electricidad o calor; no obstante, al quemarla con éstos fines se produce CO2, un gas de efecto invernadero. Así, estaríamos ante una fuente de energía renovable, mas no limpia.  

 

Biomasa de madera ardiendo

 

Por otro lado, un ejemplo curioso de cómo estas categorías pueden entrelazarse, pero no por ello deben ser usadas como sinónimos, es el hidrógeno, cuya clasificación depende de la forma en que se produzca. 

 

Si se obtiene a través de la electrólisis del agua, el hidrógeno puede ser visto como fuente de energía renovable y limpia. En cambio, si su fuente es el gas y el carbón –como es más fácil de obtener– ya no podríamos hablar de una energía cien por ciento limpia (a menos de que se use para evitar otro tipo de emisiones al usarse para impulsar un automóvil) y, definitivamente, no será renovable. 

 

Como pudimos notar, es necesario contar con alternativas energéticas que favorezcan el cuidado del medio ambiente; sin embargo, es igualmente importante conocerlas a cabalidad y clasificarlas de forma adecuada, pues una fuente de energía puede ser muchas cosas y, aunque en menor medida, representar un daño a la ecología. 

 

Ante todo, es esencial ser crítico y responsable con el uso de las distintas fuentes de energía que tenemos disponibles. La emergencia ecológica exige que vayamos más allá de una simple transición, por lo que debemos de adoptar medidas y acciones contundentes y radicales que transformen la forma en que se produce y consume. El momento de actuar en favor del planeta es ahora.

 

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